Salir de mi zona de confort gracias a la Conciencia plena.
Antes de abordar cómo salir de esta zona gracias a la Conciencia plena, vamos a decir a qué nos referimos cuando decimos ‘Zona de confort’: estado mental y de comportamiento en el que se acepta un determinado estilo de vida para evitar presión, riesgo, miedo o ansiedad. O sea, para evitar sentir.
Evitando sentir
No quiero generalizar, por eso digo ‘la mayoría’, no todos. Pero me temo que estoy en lo cierto al afirmar que la mayoría de los humanos del llamado primer mundo nos pasamos la vida evitando sentir.
Ahora, tú me dirás que tal vez sea mi caso o el de otros muchos, pero no el tuyo, porque has sufrido mucho en esta vida y eso sí lo has sentido en tus entrañas.
Resistiéndote a la vida
Entonces puedo responderte que si has sufrido es porque te has estado resistiendo a lo que sucedía. Y la resistencia implica no aceptación, no ir con la corriente, no vivir plenamente.
Cuando te entregas a lo que acontece, puedes disfrutar de la experiencia, obtener sus frutos, ya sean un aprendizaje, tras el dolor, o alegría, con la diversión. Pues, como es sabido,
en la vida, cuando no te diviertes, aprendes.
Y desde esta perspectiva, todo es digno de ser vivido. Así, celebro la vida y la agradezco.
Pero vamos por partes, que he empezado por el final, por la experiencia plena que se obtiene cuando se vive desde una conciencia plena atenta al momento presente (no al pasado, ni al futuro, que no existen). Y no se vive en la necesidad constante de aquello que no se tiene o en el miedo y la ansiedad de perderlo.
La necesidad
Si dijera que no necesitamos casi nada para vivir, algunos podrían pensar que, sin su casa, sus comodidades, su dinero, su estatus, su profesión o su país no podrían vivir. Otros, sin embargo, que pueden vivir, y bastante felices, sin esas cosas, asegurarían no poder hacerlo sin sus hijos, su marido, la paz, la salud, la fe, etc. Y, al igual que los primeros, se equivocan.
Porque es posible vivir sin todo ello. De hecho, se vive. Hay personas que sobreviven a la muerte de un hijo, a una separación, a un estado de guerra, que padecen una enfermedad o una crisis de fe, etc. Y no es vivir mal, ni malvivir, ni padecer en vida, no, es simplemente vivir.
Vivir, sin más
Por favor, una vez más _como me gusta decir_: quítale el apellido (la etiqueta), el juicio de valor, tu interpretación personal. Y te quedará: vivir. Y, si lo haces plenamente consciente de eso que te está sucediendo en el instante presente, será una vida auténtica y plena.
Una vida en la que hay espacio para el dolor, la tristeza, el miedo, pues todo puede ser. Pero también para la alegría y, sin duda, para la felicidad, porque ésta la sentirás independientemente de las circunstancias externas.
Todo lo que sucede ante nosotros responde a una necesidad, que no vemos (por eso de que es inconsciente).
Y todo lo que no sucede sí somos conscientes de que lo necesitamos, y no sucede.
Sergi Torres
Aplica Conciencia plena
De manera que, por un lado, hemos de Observar lo que nos sucede y abrirnos a aceptar, experimentar, sentir, dejar ir e integrar lo que se dé. Hoy puede ser algo que me agrada mucho y me abriré a su recepción con facilidad, gustosamente.
Mañana o, un poco más tarde, puede que suceda algo que me desagrada, no me satisface, me inquieta o molesta, y tengo que hacerme consciente para no cerrarme a esa experiencia, a la que tacharé de no deseable pues me saca de mi zona de confort. Atenta para abrirme a recibir de la vida.
Experiencias necesarias para tu crecimiento
Date cuenta de que ambas experiencias son necesarias para tu crecimiento, para tu vida, pues, es lo que hay, se están dando. Así que son necesarias. ¿Te das cuenta? Es que es lo único que se da, por tanto, es necesario para ti. Lo calificarás de interesante, útil, fastidiado, indeseable o doloroso… (mejor si no lo calificas, recuerda) pero es beneficioso para ti.
Y, por otro lado, mira con Plena Atención a ver qué necesidad te muestra lo que crees necesitar y no tienes. Atenta. Cuando la veas, obsérvala. Date cuenta de que es un pensamiento. Como todo pensamiento, es energía, déjala ir. No te quedes atrapada. No te identifiques con ese pensamiento. Suéltalo.
Y podrás ver, aquí y ahora, que lo que hay bajo esa necesidad es ausencia total de necesidad.
Vivir sin necesidades y salir fuera de mi zona de confort
¡Wuou! Da un vértigo tremendo.
¿Te imaginas vivir sin necesidades? Soltar el pensamiento que te dice que necesitas una casa más grande, otro trabajo, mudarte, otra pareja, más dinero, unas vacaciones, un retiro espiritual…
Porque también vale para aquellas necesidades que creemos tener en la esfera de lo espiritual, porque proceden del mismo lugar de carencia y de no aceptación. Ese que nos hace vivir el momento presente como incompleto, como faltos de algo. Un algo que nos hará estar mejor en el futuro.
No hay futuro. No, no es ser catastrofista. Es ser realista. Tampoco hay pasado. Las ideas del pasado (los recuerdos) y las ideas de futuro son eso, ideas, pensamientos. Y ya sabes qué hacer con los pensamientos, ¿verdad? Sí, soltar y dejarlos ir. Lo único que existe es el momento presente.
Vivir plenamente consciente
Date cuenta de que solo existe el aquí y ahora, por favor, y podrás vivir tu vida plenamente consciente. Podrás vivir siendo muy consciente del presente. Y no habrá lugar para la necesidad. No la hay. Porque en el momento presente nos hacemos conscientes de que somos seres completos, no hace falta nada.
Suelta y entrégate a vivir la vida. La vida es plena. Confía en que tenemos lo que necesitamos a cada momento. Puedes interpretar que es caprichosa la vida; algunos dicen: cruel, injusta, dura (¡etiquetas, etiquetas, ojo!). Pero en realidad es que es Sabia, sabe perfectamente lo que es necesario para nosotros.
Y si nos abrimos a esta certeza, vivimos desde otro lugar: confiando en la vida y en que lo que se da es para nosotros, aunque esté fuera de nuestra zona de confort, aunque ahora no podamos ver que es interesante para nuestro crecimiento. Tendremos una vida plena y feliz (que no quiere decir sin penas, ni dolor, recuerda, pero sí sin sufrimiento).
Conclusiones
He llegado a estas conclusiones, tras años de entrenamiento de Conciencia plena y con gran dedicación a mi crecimiento personal. No voy a afirmar que sea algo de hoy para mañana.
Pero sí creo que la vida es un camino, lleno de retos, que te ayudan a crecer, el cual se puede recorrer con diferentes actitudes y yo siempre elijo la curiosidad, a ver qué aprendo…
Y para aprender no hay nada como salir de mi zona de confort para poder crecer. ¿Y a ti te gustan los retos y aprender?