Atención plena en el día a día.
Todo lo que sucede en la vida es una oportunidad para cultivar la atención plena (el músculo mindfulness), la observación sin identificación, la aceptación sin juicio.
Práctica informal de la atención plena
La práctica informal (como vimos en un post anterior, es una de las 2 prácticas mindfulness) consiste en un entrenamiento a través de práctica intensiva en la vida cotidiana.
Es cualquier tipo de práctica voluntaria en la que prestemos atención para darnos cuenta de “qué está sucediendo mientras está sucediendo”.
En este sentido, se trataría de practicar la atención intencionadamente durante algunas de nuestras actividades rutinarias, como pueden ser comer, asearnos, conducir o dar un paseo.
Entrenamiento de la Atención plena
Con práctica sostenida de Mindfulness en nuestra vida cotidiana, entrenamos el “músculo” de nuestra atención, lo que nos permite observar todos esos pensamientos y emociones que habitualmente nos atrapan, desidentificarnos de ellos y desautomatizar el piloto automático tan frecuente en nuestra vida.
Atención a la experiencia presente:
Conscientes de lo que sucede ahora.
Abiertos a la incertidumbre.
Sin expectativas, ni prejuicios.
“Mindfulness o conciencia plena es una actitud concreta hacia la experiencia, o una manera de relacionarnos con la vida, que ofrece la promesa tanto de aliviar nuestro sufrimiento como de convertir la vida en una realidad rica y plena de sentido».
Ronald Siege
Se trata de una habilidad entrenable de la atención que nos permite centrar la mente en el presente. Estar atentos a la plenitud de esta experiencia del momento presente, nos pone en contacto con la realidad en la que vivimos y con lo que acontece en nuestro mundo interior.
Una visión que nos ayuda a no identificarnos con partes de nosotros mismos que nos distancian de la totalidad y la belleza de nuestro ser. Al poner toda nuestra atención en lo que ocurre aquí y ahora, se abre el espectro que nos permite comprender que no somos nuestras sensaciones, emociones y pensamientos.
Practicar la atención plena es ser consciente momento a momento
Se cultiva prestando atención a las cosas a las que ordinariamente les negamos un momento de concentración. Pues, por economía de esfuerzo, ya las tenemos tan interiorizadas que las realizamos en automático, como conducir, por ejemplo.
Es un enfoque sistemático para desarrollar nuevas formas de comprensión, sabiduría y transformación en nuestra vida. El cambio y la transformación se producen a través del cultivo de un estado de atención sostenida, cuando aprendes a permitir que la atención y la conciencia incluyan condiciones molestas y perturbadoras en vez de evitarlas.
Todo ocurre en el momento presente
Cualquier contenido mental, como pueden ser percepciones, pensamientos y emociones, fluye en el momento presente.
El experimentarlo desde un estado de atención intencionada, serena y despierta, sostenida y sin juicio, desencadena un proceso de transformación interior que desarrolla la comprensión y la sabiduría. Al practicar, desarrollas una clara comprensión de las lecciones de la experiencia, independientemente de cuál sea, y puedes encontrar la acción que sea necesaria.
La atención plena o mindfulness no se refiere a un contenido mental, sino a una actitud ante nuestra experiencia, independientemente de cuál sea o cómo sea: se trata de ser conscientes de la experiencia presente sin juzgarla, sino aceptándola tal y como se presenta.
Queda claro que se trata de una práctica. Así que pasemos a practicar. Suficiente teoría por el momento, no se necesita saber nada más.
Practica mindfulness ahora:
Párate un momento, deja de leer.
Toma una respiración profunda.
Otra respiración consciente y amplia.
Y ahora ya, únicamente, hazte consciente de cómo sigues respirando, sin modificar nada. Solo observa. Puedes poner la atención en el pecho y ver cómo se expande y contrae.
Date cuenta de la postura corporal.
Y date cuenta de si estás presente. De hacia dónde se va tu mente a poco que te detienes: ¿recuerdos, anticipaciones…?, ¿qué viene a ella de inmediato? Observa. No juzgues.
Constata si hay alguna emoción. Sólo regístrala. No te quedes atrapada, no pretendas hacer nada respecto a ella. Sólo obsérvala.
Te dejo a continuación lo que se suele denominar una «píldora mindfulness»:
Práctica de atención plena para el día de hoy
Como ejercicio para el día de hoy, puedes programar la alarma de tu móvil para que suene al menos media docena de veces a lo largo de la jornada.
Cuando la oigas, toma un par de respiraciones conscientes. Y date cuenta de todo tal y como te lo he descrito en la secuencia de arriba (respiración, cuerpo, sensaciones, mente, emociones).
Deja que una sencilla alarma (si tiene un sonido bonito y no el mismo que el despertador matutino, mejor, más agradable) te traiga de vuelta al aquí y ahora, para poder ser consciente del momento presente y entrenar tu atención.
Beneficios de la práctica de la Atención plena en el día a día
Parece simple y lo es. Pero si no lo has practicado desconoces todos los beneficios que ejercicios intencionados como este te pueden aportar.
Entre dichos beneficios están:
- Modificar y generar estados de relajación. Encontrar espacios de quietud y autocuidado.
- Observar los hábitos de la mente como generadores de las enfermedades/sufrimiento. Reconocer nuestros estresores.
- Familiarizarnos con los diferentes estados emocionales y mejorar la forma en que nos manejamos ante situaciones complejas.
- Estar enteramente atentos en el aquí y ahora, enriqueciendo las relaciones, conexiones, escucha y aprendizaje a través de nuestra propia experiencia.
¿Solo por esto, no crees que merece la pena intentarlo, dedicar un tiempito a este entrenamiento?
Si te animas y te apetece compartir la experiencia, me cuentas en comentarios.