Con la práctica de la Atención Plena dejarás de reaccionar. Pues con esta práctica se logra entrenar la mente para dar respuestas reflexivas, un poco más conscientes que la reacción automática que nos facilita nuestro cerebro más primitivo, el cual entra en funcionamiento cuando percibe algún peligro, tratando de mantenernos con vida; su misión es la supervivencia de la especie.
Hoy en día, aunque las amenazas en nuestro primer mundo no son tan apremiantes como en la selva, lo vivimos todo como tal; porque debido al estrés y a los elevados niveles de cortisol andamos alterados y a la defensiva.
Dar la callada por respuesta
Supongo que esta expresión, <<dar la callada por respuesta>>, te suena. En mi casa era muy habitual oírla en boca de mi madre cuando le reprochaba a mi padre que no respondía a sus requerimientos.
Y es que mi padre no sabía hacer otra cosa. Pero no voy a hablar por mi padre, sino que lo haré en mi propio nombre, ya que he heredado muchas cosas buenas de él, algunas que podrían interpretarse como no tan buenas y ésta, que no quiero juzgar. Pues responde a una herida muy profunda.
Me refiero a una herida del alma (para ahondar más en este tema te recomiendo el libro Las 5 heridas que impiden ser uno mismo, de Lise Bourbeau). Y no es que no queramos responder, es que no podemos. Es una medida de defensa, cuando nos sentimos atacados o amenazados. Es una reacción automática.
Atacas, te paralizas o huyes
Unas personas (al igual que los animales) cuando se sienten amenazadas reaccionan atacando, otras paralizándose y otras huyendo (ahora mi recomendación es que sigas a Nazareth Castellanos para saber mucho más sobre nuestro cerebro).
Mi reacción más habitual es huir de los enfrentamientos. Aunque lo de querer mimetizarme con el entorno también me resulta familiar. En el deseo de que me trague la tierra, que suelo pensar, hay un poco de ambas.
Pero, como humanos, seres más evolucionados que los animales, si nos damos un tiempo, podemos dar respuestas más conscientes.
¿Y cómo se hace eso? _te preguntarás_. Simplemente, respirando. Sí, has leído correctamente.
Respira conscientemente
Lo único que podemos hacer es respirar profundamente, hacernos conscientes de este hecho, el de respirar. Traer nuestra atención al cuerpo físico, al acto de inhalar y exhalar. Observar sin más. Dejando a un lado todo el barrunto mental que podamos tener y la tormenta emocional que estemos experimentando.
Solo centrar la atención en el cuerpo, respirar. Atención a las sensaciones físicas, a los movimientos que percibo en mi cuerpo por el mero hecho de respirar. Y de esta manera dejamos de identificarnos con los pensamientos y con las emociones.
Y así logramos un instante de paz para ser capaces de dar una respuesta diferente, no la reacción inconsciente a la que estamos acostumbrados.
Entrenar la Atención plena para dar respuestas más conscientes
Mi padre no podía dar otra respuesta, pero yo sí. Estoy preparada, puedo respirar conscientemente y dar ese margen para que mi cerebro más evolucionado entre en acción y reflexione antes de reaccionar. Que en mi caso, tal vez sería hablar, y no callar ante situaciones, escenarios o comentarios que no me agradan, me resultan amenazantes o estresantes.
Pero en el tuyo puede ser que necesites controlar tus impulsos, no reaccionar perdiendo los papeles, diciendo cosas de las que luego te arrepientes, o tomando decisiones equivocadas. Sea cual sea tu patrón de respuesta da igual, el entrenamiento consiste en hacerte consciente del patrón que tienes, que estás reaccionando en piloto automático; desautomatizar. Y decidir poner conciencia en la respuesta.
Si necesitas una entrenadora para iniciarte, sílbame… y ya voy
He entrenado la habilidad de dar respuestas más conscientes mediante la práctica de la Respiración Consciente (los conocidos pranayamas, en sánscrito) y de la Atención Plena (el popular Midfulness, en inglés).
Si crees que te podría venir bien cerrar alguna herida y quieres entrenarte para dejar de reaccionar inconscientemente, contacta conmigo, puedo acompañarte para que te inicies en el apasionante mundo del dominio de la mente.